Un 14 de diciembre de 1918 nacía B.K.S.Iyengar. Su llegada coincidió con la epidemia de la "gripe española" y tanto él como su madre estuvieron a punto de morir. Pero la vida tiene giros inesperados y este niño enfermo y débil se convertiría en referencia para miles de personas en todo el mundo, llegaría al corazón de sus seguidores e impregnaría el yoga con unos nuevos aires de disciplina, control y alineamiento, que hoy siguen ya muchas otras escuelas. Con el uso extendido de soportes también hoy empleados en otros sistemas de yoga, con cuerdas, ladrillos, cinturones, mantas. Toda esta revolución vino de su trabajo perseverante, de su profundo respeto al cuerpo, entendido como templo del alma.
Hoy en recuerdo a este hombre "único" como diría una de sus discípulas más queridas. "Se nos marcha y no deja un molde que pueda reproducirle". Hablaré de la base, de los orígenes de este bello arte.
El yoga comienza por el trabajo del cuerpo pero lo estamos olvidando. Actualmente estamos desconectando de él al igual que desconectamos del trabajo en la tierra. Los agricultores saben que su labor empieza en el suelo, que deben sudar para esponjar la tierra, deben labrarla, eliminar las piedras y las malas hierbas, sin esta labor previa de nada les servirán sus magníficas semillas, ni los riegos y cuidados posteriores.
Pero hoy todo va muy rápido y queremos degustar los frutos, queremos saborear las fresas sin esfuerzo, sin cavar la tierra.
El ser humano está constituido de "materia" "tierra" que debemos aprender a labrar. En muchas ocasiones b.K.S. Iyengar habló de la meditación, uno de los peldaños del yoga, lo hacía refiriéndose a los textos clásicos, este término aparece en los textos como dhyana. Pertenece a las tres últimas etapas del yoga: dharana (concentración) dhyana (meditación) y samadhy (absorción total o liberación). Explicaba estos tres estados como los frutos que aparecen al realizar un trabajo correcto en las primeras etapas, con el cumplimiento de las disciplinas éticas y morales, la práctica correcta de posturas y las técnicas respiratorias, tras años de tapas esfuerzo constante e ininterrumpido el practicante se sumerge en los estadios avanzados del yoga.
Hoy parece que nos han otorgado una varita mágica y entramos en meditación saltando todas las fases anteriores, degustamos las fresas sin labrar los suelos. En palabras de B.K.S.Iyengar nos volvemos filósofos agarrados a nuestras teorías, sería como crear un mundo virtual, un mundo de imaginación. Mientras el cuerpo nos acompañe es el instrumento que debemos usar para el avance espiritual, debe estar perfectamente trabajado, ello nos permite "olvidarnos de él" no habrá dolor, no existirá la molestia y avanzamos así hacia una vía espiritual. El terreno queda así despejado y la planta prospera y dará sus frutos.
Aprendamos a valorar y cuidar nuestro cuerpo, entendamos la belleza de este sistema único. Bien cuidado está en armonía con el entorno, en perfecto equilibrio. Un cuerpo así alberga una mente pausada, estable, fuerte, valiente, sujeta a la materia y con ambición por lo divino. Los árboles se acercan más al cielo cuanto más grandes y fuertes son su raíces.
Nuestra Escuela de Aravaca fundada en 2002 continúa actualmente con sus clases de forma online
Olga Jiménez Suárez es directora de la Escuela de yoga “Luz sobre el Yoga”
Camino de la Zarzuela 11, 2º Izda
28023 Aravaca
El domingo 27 de diciembre: Taller presencial “ Cómo subir tus defensas con plantas y alimentación” con Macarena Terrones.
https://yogaiyengararavaca.wixsite.com/valdemarin
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