Nuestra sociedad envejece y la población adulta aumenta. Nos enfrentamos así a un aumento también de enfermedades propias de la edad con problemas de corazón, problemas de tensión alta y una larga lista de patologías.
Cualquier edad es buena para comenzar el yoga nos escribiría Geeta Iyengar en su libro “Yoga para la mujer” de editorial Kairós. En esta reflexión profundiza explicando como en la edad adulta es aún más agradecida la práctica pues es muy visible la recuperación de la flexibilidad y la mejora de la calidad de vida.
Vamos a analizar con un poco más de detalle los posibles riesgos de comenzar la práctica en una edad avanzada. Debemos ser conscientes de que solo un profesor muy experimentado debería trabajar con personas mayores y las clases deberían ser específicas para este grupo de edad. Es un error mezclar en la misma clase personas con edades muy diferentes, lo que beneficia a una persona joven puede causar un grave perjuicio a una persona adulta.
Como puntos muy relevantes marcaré que en edad avanzada no se deberían practicar saltos, los huesos, las articulaciones, los cartílagos han perdido su potencia. Las posturas invertidas, a no ser que se tratara de un practicante muy avanzado, deberían hacerse “siempre con soportes” con ayuda de sillas, cuerdas. El principio es el mismo que en el punto anterior, al perderse potencia muscular los riesgos de lesión sobre el cuello son mucho más elevados. Además la postura de “sirsasana” foto del artículo, no está indicada en personas con tensión alta o con problemas oculares. Jamás se introduce esta postura aunque sea con soportes en practicantes nuevos. El cuerpo necesitará muchos meses para ir familiarizándose con la posición invertida a través de posturas intermedias. Aún así siempre habrá en el grupo personas que sientan un rechazo especial a esta posición y que requieran más tiempo que el grupo o que no lleguen a practicarla, se deberán entonces buscar posturas alternativas. La practica de invertidas en este periodo es muy importante ayudándoles a mejorar la circulación y el riego en el cerebro. Un profesor que decida trabajar con mayores debe saber cómo adaptar las diferentes posturas a dolores de rodilla, dolores de cadera, de lumbares, con hombros bloqueados, cuando se sienta presión en la cabeza y una larga lista de situaciones.
La enseñanza en personas mayores debe ser absolutamente progresiva y adaptarse a cada persona. Las secuencias de trabajo se deben establecer con criterios de máxima seguridad para el alumno y enfocados a su progresivo avance, fomentando siempre la variedad de movimientos para su recuperación en movilidad.
Nuestra escuela de Yoga Iyengar creó un grupo específico de personas mayores en el año 2007 y podemos afirmar que los resultados han sido magníficos. Nuestro mayor éxito es tener ya muchos practicantes que realizan su práctica a diario en casa sin necesidad de ayuda. En este periodo que estamos viviendo tan complicado para desplazarnos y para realizar clases en grupo, está siendo para ellos un auténtico regalo.
Sofía Suárez con sus 82 años ha querido fotografiarse para este artículo, es mi madre y comenzó a practicar con Julio Gallego, su yerno, en el año 1996. Desde entonces y hasta el año 2016 asistió con regularidad a las clases de nuestra escuela. Comenzó unos años más tarde a practicar diariamente en casa. Ha querido también hacer un breve testimonio de sus beneficios.
“El yoga me aporta salud mental y física, me ayuda a un equilibrio, mi cuerpo lo agradece, conecto conmigo misma mientras practico, no hay nada más, solo la postura, solo yo”.
Nuestra escuela en el afán de conseguir una práctica segura también para personas con edad avanzada o que sufran determinados problemas, propone un nuevo curso dirigido a profesores y personas que quieran o estén enseñando, un curso práctico enfocado a que obtengan más herramientas que les ayuden en este apasionante trabajo. El curso comenzará el primer fin de semana de marzo en horario de sábado tarde y domingo mañana. Con una duración de 9 sesiones programadas un fin de semana al mes. Más información en nuestra web.
Olga Jiménez es directora de la escuela “Luz sobre el yoga” lleva funcionando desde el año 2001 y actualmente tiene su sede en Aravaca. Camino de la Zarzuela 11.
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